Con el inicio de año empieza la época de conseguir nuevos propósitos y de adquirir buenos hábitos. Uno de los más comunes es el del ahorro, sobre todo después de los elevados gastos que conllevan las fiestas de Navidad. En los últimos años la tasa de ahorro en los hogares españoles no ha parado de bajar, hasta llegar a alcanzar una tasa negativa del −0,7 en el último trimestre de 2017, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Se trata del valor más bajo desde 2008, cuando empezó la crisis económica.
Según la profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, Elisabet Ruiz, España tiene una cultura poco ahorradora. De hecho, es el cuarto país de Europa con menos ingresos de ahorro, solo por encima de Polonia, Finlandia y Lituania. A ello se le suma la actual crisis económica, la caída de salarios, el elevado precio de la vivienda, el alto nivel impositivo y la creciente compra compulsiva, cada vez más común en los países desarrollados. «Si sumamos los salarios bajos que dejan poco margen para el ahorro, los bajos tipos de interés para remunerar las inversiones y una sociedad cada vez más consumista, a final de mes no queda dinero para ahorrar», asegura la profesora.
Otro factor que dificulta el ahorro de los españoles es el elevado nivel de analfabetismo financiero. Un estudio del Global Financial Literacy Survey pone de manifiesto que en España solo el 49% de la población adulta tiene conocimientos financieros, cifra que se sitúa por debajo de la media europea en términos de educación financiera. «Educar en finanzas a la sociedad es básico para el futuro de un país y para que las familias puedan tomar decisiones financieras más adecuadas, que les permitan ahorrar, pensar a largo plazo y en su jubilación», explica.
En opinión de Ruiz, educar en finanzas es responsabilidad de los gobiernos, que deben crear políticas para acercar estos conocimientos a la sociedad. «Es importante transmitir la cultura del ahorro a los niños desde muy pequeños, de forma que en cuanto se les dé una moneda, sepan cuál es su valor, las dificultades que comporta conseguirla y lo importante que es ahorrar», concluye.
Consejos para ahorrar mensualmente:
- Reservar un porcentaje de nuestro sueldo al ahorro. Hay que proponerse destinar una cantidad de dinero de nuestro salario, aunque sea pequeña, al ahorro, sobre todo si sabemos que tenemos gastos importantes a lo largo del año. Habrá meses que podremos más o menos, o incluso periodos en los que nos será imposible, pero se tiene que intentar en la medida de lo posible.
- Dedicar un máximo del 35% del salario a la vivienda. Si destinamos una cantidad de dinero más elevada a este porcentaje, tenemos que plantearnos si nos conviene cambiar de barrio de residencia para ir a otro donde nos sea más asequible el precio de la vivienda.
- Revisar la cuenta corriente habitualmente. La compra en línea con dinero digitalizado y el uso de las tarjetas de crédito nos hacen perder la conciencia de lo que gastamos. Por eso, debemos consultar el sitio web o la aplicación móvil de nuestra entidad financiera, donde podremos visualizar todos los gastos que hemos realizado. Si los consultamos habitualmente, sabremos a qué destinamos nuestro sueldo y seremos más conscientes de lo que gastamos.
- Evitar las compras impulsivas. Una manera de conseguirlo es asignar un presupuesto mensual a este tipo de compras para evitar gastar más de lo que conscientemente nos hemos propuesto. Si nos cuesta, podemos obligarnos a pensar que, si compramos una prenda de ropa, tenemos que deshacernos de una prenda vieja. Si no podemos eliminar ninguna quizás es que realmente no necesitamos la nueva.
- Hacer listas de la compra. Para evitar compras innecesarias, es muy útil ir al supermercado con una lista de compra y comprar solo aquello que hemos anotado previamente en casa.
- Aprovechar los descuentos. Una buena práctica es aplazar o anticipar compras para aprovechar los periodos de promoción, como las rebajas o el Black Friday.
- Comparar precios. Es importante saber dónde podemos adquirir un producto a un precio más barato. Internet nos ha facilitado mucho la comparativa de precios, y hay que aprovechar esta herramienta para ahorrar algún dinero.
- En caso de pedir un crédito, hay que comparar bien las opciones con el coste de la TAE. Es importante informarse bien del precio final que se pagará, en vez de fijarse solo en el importe que pagaremos mensualmente.
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