La Unión Europea muestra un énfasis especial en que la implantación de energías renovables sea cada vez mayor. Por ello establece unos objetivos de consumo cada cierto tiempo de forma que los estados se impliquen en el uso de energías limpias. El plazo propuesto por Bruselas llega a 2020, cuando la media de consumo de renovables deberá estar en el 20% con respecto del total.
España tiene exactamente el mismo objetivo, es decir, alcanzar la media de la Unión en 2020 (20%), aunque en principio parte con ventaja. Según los últimos datos de Eurostat, el 17,3% de la electricidad que consumió España en 2016 procedía de energías renovables, mientras que la media europea alcanzaba el 17%.
El porcentaje se ha ido incrementando con los años, desde el 9,7% que España consumía en 2007, hasta el 16,2% en 2015 y los últmos datos de 2016. Estas cifras reflejan la mayor importancia que están adquiriendo las energías renovables, aunque las cifras de consumo no permanezcan en línea con las de producción. De hecho, estos datos demuestran que aún queda camino por recorrer, una evolución que ya han completado varios países de la Unión Europea que en 2016 ya habían alcanzado sus objetivos de 2020.
Suecia encabeza el consumo en el viejo continente, con el 53,8% a finales de 2016. Esto significa que supera con creces su objetivo marcado de llegar al 49% para 2020. En un caso similar se encuentra Finlandia, aunque a una gran distancia de Suecia, ya que el 38,7% de la energía que consume es limpia, siete décimas por encima de su objetivo.
De los 28 países que componen la Unión Europea actualmente, once ya han superado sus objetivos, con ejemplos como el de Croacia, que con el 28,3% supera en más de ocho puntos porcentuales su objetivo. Los datos que presenta Eurostat indican que solo hay ocho países que superen la media que se ha establecido para 2020 en el 20%.
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