La salud, la tradición y la comodidad son los tres ejes que explican el tipo de platos consumidos en el hogar, mientras que la calidad, la proximidad y los buenos precios son los principales condicionantes en la elección de los establecimientos de compra.
El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha publicado el ‘Informe del consumo de alimentación en España 2016’, que recoge una información completa sobre el consumo de alimentación en España durante el citado año. Para ello, analiza los factores con mayor influencia en la dimensión del consumo y en su evolución, y realiza una fotografía completa de los alimentos que comemos en el hogar, de las bebidas frías que consumimos fuera del hogar y del desperdicio alimentario generado en los hogares españoles.
Como novedad y con objeto de completar los datos obtenidos del panel de consumo de bebidas frías fuera de los hogares, el Ministerio ha puesto en marcha en el segundo semestre de 2016 un estudio para conocer la demanda total de bebidas calientes, otros alimentos y snacks en el sector extradoméstico desde el punto de vista del consumidor final. Por ello, el informe incluye además datos sociodemográficos sobre dicho consumo correspondientes al segundo semestre del año.
Entre los datos más relevantes del periodo comprendido entre octubre 2015 y septiembre 2016, cabe destacar los siguientes: los hogares españoles tiraron a la basura 1.245,9 millones de kilos de alimentos en condiciones de ser consumidos (24 millones de kilos semanales), lo que constata la concienciación de las familias en la lucha contra el desperdicio alimentario, ya que esta cifra supone una reducción del seis por ciento respecto al período anterior, es decir, se tiraron a la basura 80 millones de kilos menos.
La proporción del desperdicio en los hogares españoles es del cuatro por ciento sobre el total de alimentación comprado por los hogares españoles. No se desperdicia en la misma proporción lo que se compra, existiendo diferencias significativas por productos.
El 85 por ciento del total de alimentos tirados a la basura se corresponde con alimentos (sin procesar) desperdiciados por los hogares tal cual los compraron. Frutas, verduras/hortalizas y pan son los alimentos más desechados. Con la excepción de frutas, de forma generalizada los hogares reducen la cantidad que tiran a la basura de todos los productos, lo que supone una mayor concienciación acerca del desperdicio de comida.
Factores con influencia en el consumo
Una menor población con una mayor proporción de hogares de menor tamaño y sin hijos hace que el consumo dentro del hogar no crezca. Asimismo, la reducción del desperdicio alimentario y el mayor consumo fuera de casa también explican la menor compra de alimentos por parte de los hogares.
Por categorías, destaca la importancia de los productos frescos en la alimentación de los hogares, que suponen el 41 por ciento del volumen total consumido y el 44 por ciento del presupuesto total destinado a la alimentación.
Por tipos de productos, destaca el crecimiento del consumo de alimentos como los platos preparados (+4,2 por ciento), las patatas (+1,2 por ciento), la bollería, pastelería, cereales y productos navideños (+0,6 por ciento) y los frutos secos (+0,3 por ciento). Las legumbres, por otra parte, han mantenido su consumo estable en 2016.
Sin embargo, en otros alimentos como el aceite, la leche líquida, los derivados lácteos, la carne, el pescado, las frutas frescas, las hortalizas frescas, las frutas y hortalizas transformadas, el pan, la pasta y los huevos se constata un descenso.
En cuanto a las bebidas, los datos muestran un aumento en el consumo de los vinos tranquilos con DOP, los vinos espumosos (incluido Cava) y gasificados con DOP, los vinos con IGP, el agua envasada, las bebidas refrescantes y las cervezas, y un descenso en el caso de los vinos sin DOP/IGP, las bebidas refrescantes, los zumos y néctares, y las bebidas espirituosas.
Hábitos de compra
Respecto a los establecimientos de compra, el supermercado es el canal preferido por los consumidores para realizar las compras, representando el 45 por ciento de las compras de productos de alimentación. Sin embargo, los hogares prefieren acudir al comercio especializado para adquirir productos frescos.
Asimismo, se mantiene la tendencia del año pasado en los factores que deciden la elección de los establecimientos por parte de los consumidores. De esta forma, la calidad, la proximidad / cercanía y los buenos precios aparte de las ofertas, son los principales condicionantes a la hora de elegir el consumo.
La compra por internet de productos de alimentación se sitúa en el 1,1 por ciento del volumen de las compras totales de alimentación para el hogar. Por tanto, es un canal con alto potencial de desarrollo, teniendo en cuenta además su baja participación dentro de los productos frescos.
En relación a los hábitos de compra, la salida de la crisis se percibe en un descenso, tanto en el porcentaje de consumidores que elaboran una lista antes de realizar las compras de alimentación, como en el porcentaje de consumidores que manifiestan haber modificado su forma de cocinar/comprar, para aprovechar mejor los productos y contribuir al ahorro.
En cuanto a la importancia de las marcas, destaca la fidelidad de los consumidores que, en un 60 por ciento de los casos declara comprar siempre las mismas marcas de alimentación. Asimismo, se mantiene la tendencia del año pasado en los factores que deciden la elección de los establecimientos por parte de los consumidores.
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