Las aerolíneas afrontan un alud de reclamaciones por la cancelación de vuelos. Ante la delicada situación del sector, Bruselas acepta que la mejor solución pasa por la devolución del dinero mediante vales canjeables por otros viajes. Sin embargo, la Comisión Europea rechaza que esa sea la única salida para los pasajeros. “Los consumidores europeos tienen derecho a reembolsos en metálico si es lo que quieren”, ha afirmado la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión, Margrethe Vestager. El Ejecutivo comunitario insta a las aerolíneas a que esos cupones sean más atractivos e incluso sugiere que los Estados garanticen en última instancia la devolución del dinero en caso de quiebra. Las grandes patronales del sector (A4E, AIRE, ERA y IATA) han advertido de que la “falta de claridad” de la Comisión puede poner al sector en más apuros.
La Comisión Europea ha lanzado este miércoles su paquete de recomendaciones para permitir que el sector turístico recupere el pulso. Como avanzó ayer EL PAÍS, Bruselas propone una desescalada en tres fases y sin cuarentenas para ir levantando los controles fronterizos. A las puertas del verano, sin embargo, el Ejecutivo comunitario trata de que el sector turístico salve mínimamente los muebles. Esa industria representa el 10% de la economía europea, aunque en Croacia llega a suponer el 25% de la actividad del país y en Grecia, el 21%. En España, el sector supone el 15%
Las patronales estiman que las aerolíneas afrontan reembolsos por 9.200 millones de euros en la UE derivados de las reclamaciones por los vuelos cancelados hasta mayo. Un grupo de doce países –entre ellos Francia, Portugal o los Países Bajos— ha presionado para que la Comisión enmiende la regulación comunitaria y permita que las aerolíneas puedan elegir cómo devolver el dinero a los pasajeros: con cupones o efectivo. Esos socios defendieron un sistema de vales que permitiera al cliente recuperar todo su dinero si al final de su periodo de validez no habían sido usados. La normativa europea ahora ya prevé que las compañías puedan devolver el dinero mediante un cupón, pero siempre de forma voluntaria.
La vicepresidenta ejecutiva de la Comisión, Margrethe Vestager, rechazó que el usuario pueda perder ese “derecho inalienable” al reembolso en un plazo de siete días. Máxime, dijo, cuando muchos hogares han perdido su fuente de ingresos y no se pueden permitir unas vacaciones. Sin embargo, Bruselas también tiene en cuenta las pérdidas masivas de la industria turística y la crisis de liquidez de las compañías. Según la comunicación aprobada por el Ejecutivo, los ingresos de cruceros y aerolíneas han caído un 90% respecto al año pasado. Brussels Airlines, por ejemplo, anunció el martes el despido del 25% de la plantilla y una reducción de su flota de aviones y destinos. No obstante, muchas otras están siendo objeto de rescates.
“La restricción número uno de la industria de turismo y viajes es la falta de nuevas reservas que compensen el número sin precedentes de reclamaciones de reembolso por cancelaciones”, señala la Comisión Europea. El Ejecutivo de Ursula von der Leyen ve en los vales una buena alternativa para las aerolíneas. Sin embargo, fuentes comunitarias recordaron que no pueden avalar que se impida que los ciudadanos renuncien a su derecho a reclamar el dinero. Por ello, propone a las aerolíneas que hagan que esos cupones sean una “alternativa viable y atractiva”.
La Comisión propone que los cupones se protejan “contra las insolvencias” y que se reembolse la cantidad si, al cabo de un año, no se han usado. La comunicación también aboga por que se doten de flexibilidad en cuanto a los servicios por los que pueden ser canjeados y que sean transferibles. A cambio, Bruselas pide a las organizaciones de consumidores y pasajeros nacionales y comunitarios que animen a los usuarios a aceptar los vales.
Rechazo a las cuarentenas generalizadas
La Comisión también ha aprobado una comunicación sobre las guías para una restauración progresiva de los servicios de transporte. En ella, anuncia que en las próximas semanas se elaborarán unas directrices operacionales técnicas que constituirán un protocolo de seguridad para la aviación. En él, avanza Bruselas, se fijará cómo reforzar la ventilación, limitar los riesgos de contaminación, reducir los movimientos en cabina o gestionar los flujos de pasajeros. Fuentes de la Comisión explicaron que todavía no se han decidido sobre si habrá que dejar asientos libres por seguridad, pero probablemente sí se recomendará el uso de mascarilla.
Para llegar al verano, sin embargo, será necesario ir abriendo fronteras interiores. Bruselas no parece que vaya a poder impedir que algunos países decidan ser selectivos al respecto. La fronteras entre Austria y Alemania, por ejemplo, estará completamente abierta el 15 de junio. Sin embargo, sí pide que ese proceso se guíe bajo los principios de no discriminación y proporcionalidad. De este modo, si Austria acepta residentes de Alemania, no podrá discriminar por su nacionalidad. Y si otro país se halla en una situación epidemiológica similar a Alemania, deberá permitir la entrada de sus ciudadanos. No está claro, sin embargo, cómo ello puede controlarse.
Bruselas, en cambio, no está de acuerdo con las cuarentenas generalizadas si la situación está controlada. La Comisión aboga por fijarse sobre todo en las medidas de confinamiento y seguridad adoptadas por otro país, así como de la propagación del virus. Si está controlado y se han adoptado restricciones, Bruselas entiende que no habría medidas para vetar a los ciudadanos de ese país.