Te ofrecemos algunos consejos para comprar marisco que te servirán tanto para las navidades como para otras ocasiones especiales en las que puedas permitirte un capricho. Toma nota.
El marisco es uno de los platos estrella en las mesas durante la Navidad. Cierto es que a medida que se acercan los días más señalados los precios suelen dispararse, así que son muchos los que optan por comprarlo con anterioridad, ya sea fresco para congelar o bien congelado antes de que salga más caro.
Nosotros vamos a ofrecerte algunos consejos para comprar marisco que te servirán tanto para las navidades como para la Semana Santa u otras ocasiones especiales en las que puedas permitirte un capricho. Seguro que le sacas provecho a alguna de estas indicaciones.
Condiciones de conservación
Cuando hablamos de marisco, tienes que fijarte que el lugar en el que se expone y se encuentra a la venta esté en perfectas condiciones. Si no fuera así, correrías el riesgo de consumir un producto en mal estado con los problemas que ello supondría para tu salud.
Fíjate en que el sitio se encuentre refrigerado o con una capa de hielo muy gruesa. En el supuesto de los congelados, asegúrate de observar que la caja o los recipientes estén convenientemente empaquetados o almacenados, con las puertas cerradas y bien selladas. Desde luego, en cualquier caso, si el olor te resulta extraño o poco agradable, como a desinfectante o a amoniaco, desconfía y no lo compres. El marisco huele a mar.
Etiquetado del marisco
Tanto en las cajas del marisco congelado como en el que se muestra en los puestos del mercado o de la pescadería del súper, debe exponerse de forma visible una etiqueta o cartel en el que se indique el lugar de origen de la captura. Esto evitará que te engañen. Normalmente, el marisco más económico viene de determinados lugares. No vayas a pagar como langostinos gallegos los que son langostianos ecuatorianos o que no te vayan a vender nécoras francesas como si fueran de A Costa da Morte, por ejemplo.
Comprar moluscos de concha
Por lo que respecta a los moluscos de concha, como mejillones, almejas, ostras y berberechos, asegúrate cuando los compras vivos que sus conchas estén cerradas o a medio cerrar. Las conchas tienen que abrirse mientras se cocinan. Y una vez preparadas, aquellas que no se hayan abierto las tienes que tirar. Nunca debes consumir los ejemplares sin abrir.
Un consejo muy importante respecto a los moluscos es comprobar que han pasado un proceso de depuración. Lo podrás leer también en el etiquetado. Huye en todo momento de aquellos que te puedan ofrecer en determinadas circunstancias y que no cumplan esas condiciones. Recuerda que puedes terminar con una intoxicación en el hospital si consumes este tipo de mariscos sin que haya pasado por la depuradora.
Comprar moluscos cefalópodos
Para saber si el pulpo, los chipirones o los calamares, así como otros moluscos cefalópodos, están frescos, tienes que fijarte en su textura y su color. La carne ha de estar firme y húmeda y el tono variar entre un blanco nacarado y un blanco rosa claro.
Si lo que tienes pensado es comprar pulpo gallego, para no confundirlo con el de Marruecos, que es el que más se vende, de nuevo lo importante es el color. El pulpo marroquí es blanquecino y con un tono más apagado que el gallego, que destaca por tener un color muy vivo y brillante. Fíjate en el etiquetado, porque el sabor, una vez cocinado, no tiene nada que ver.
Consejos para comprar crustáceos
Por lo que respecta a los crustáceos, las gambas, los langostinos o las cigalas deben de estar enteros. No los compres si ves que se descuelgan sus cabezas o si estas tienen un color marrón o están oscurecidas. Si prefieres comprar centolla gallega ten en cuenta que es más oscura que la francesa. Se caracteriza por sus patas largas y los restos marinos que lleva incrustado en su caparazón. Por lo que respecta al bogavante, el gallego es de menor tamaño que el de Canadá, y su tono es azulado.
Y si tienes pensado poner en tu mesa navideña algunos percebes, el rey de los mariscos gallegos en Navidad, recuerda que los de las costas de Galicia tienen el gancho nacarado, son gruesos y deben de estar enteros, para que al cocerlos no pierdan su intenso sabor. Los de otros lugares como Canadá o Marruecos son más largos y estrechos y su color más claro. De nuevo, la diferencia en el paladar es abismal y si tienes la posibilidad de acompañarlos de pan gallego, mejor que mejor.
Comprar marisco crudo o cocido
En el supuesto de que vayas a comprar el marisco congelado, tendrás que elegir entre el crudo y el cocido. No hay una opción mejor que otra. Todo depende de cómo lo vayas a cocinar. En el caso de que lo vayas a comer cocido, cómpralo ya cocido. Además, para aquellos que no tengan muy claro los tiempos de cocción del marisco fresco y no quieran arriesgarse a desperdiciarlo si se les pasa, al adquirirlo cocido se ahorrarán ese posible problema.
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