Las compras por Internet se han convertido en una forma habitual de consumo que cada día gana más adeptos. Sin embargo, adquirir un producto que no ha sido visto con anterioridad genera dudas en los compradores acerca de la fiabilidad. La mayor parte de los miedos tienen que ver con los momentos posteriores al pago. Preocupa, especialmente, que el artículo adquirido nunca llegue o que sea diferente al seleccionado. Para evitar ese tipo de situaciones, la Unión de Consumidores de Asturias (UCE) aconseja una serie de pasos que se deben seguir cada vez que se caigan en la tentación de comprar desde la pantlla de un ordenador.
Antes de hacer la gestión, es imprescindible asegurarse de que la web que se utiliza es fiable. El comprador debe buscar la forma de contacto y comprobar que tiene existencia física más allá de Internet. Para que el vendedor sea seguro, debe lucir un CIF, un número de teléfono y una dirección de correo electrónico o perfil en redes sociales. La búsqueda de opiniones realizadas por compradores habituales puede ser una forma más de complementar la certeza de seguridad.
La utilización de redes Wifi públicas también supone un peligro a la hora de realizar el pago, ya que se corre el riesgo de que otra persona acceda a los datos personales. Por este motivo, UCE aconseja que las compras se realicen desde una conexión privada. Que la gestión se desarrolle desde casa no garantiza el éxito de la compra. Para que se dé con totales garantías, el usuario tiene que fijarse en la url. En ella tiene que aparecer https://, lo que significa que la web es segura.
Además de garantizar que el negocio no supone una actividad de riesgo, es importante que se conozcan las condiciones de compra de los productos. Muchos de los consumidores no son conscientes de sus derechos e incluso ignoran las diferencias existentes entre la adquisición en tienda y en la red. Conviene recordar que, en relación con las devoluciones, los artículos obtenidos fuera del establecimiento disponen de un plazo de rechazo de 14 días naturales desde el momento de la adquisición, sin necesidad de justificación. Para que se pueda producir el cambio, es imprescindible que se conserve un recibo o justificante de compra. Esta actividad no puede tener ningún coste para el consumidor, aunque en algunas ocasiones la empresa puede obligarle a hacerse cargo de los gastos de envío. La compañía debe devolver el importe de compra en un plazo de 14 días desde el momento en que se notifica la devolución.
Todos los productos nuevos poseen una garantía de dos años y, si se da algún error en ellos, además de la devolución, el comprador online puede optar por cambiarlos o sustituirlos. La normativa, sin embargo, presenta algunas excepciones. Los artículos que no responden a esta ley son los precintados, los que posen fecha de caducidad o los personalizados. Estas tres categorías nunca pueden ser devueltas.
Fuente: La Voz de Asturias