La Dirección General de Consumo de la Consejería de Salud está llevando a cabo, a través de los Servicios de Consumo provinciales, la segunda fase de la campaña anual de inspección de disfraces, caretas, máscaras y otros productos similares dirigidos a la población infantil, con el objetivo de garantizar su seguridad y correcto etiquetado.
Esta campaña, que desarrolló su primera fase con motivo de la celebración de los carnavales, se completa ahora con la proximidad de la festividad de Halloween, cuando se incrementan las ventas de estos productos. En total, se realizan a lo largo del año al menos 145 controles del etiquetado sobre productos de este tipo a la venta en los establecimientos, con especial atención a las tiendas de precio reducido y bazares, según ha informado la Junta en una nota. Durante los controles, el personal inspector de los Servicios Provinciales de Consumo de la Junta de Andalucía comprueba que los productos a la venta cumplen con los requisitos básicos y generales de información, controlando su correcto etiquetado, y van a tomar 50 muestras de los mismos para su envío a un laboratorio en el que se realizan controles y análisis para comprobar la seguridad de los artículos.
Las actuaciones inspectoras van a recaer sobre todo tipo de productos típicos de estas fechas, como antifaces, caretas o máscaras, barbillas, barbas, bigotes, patillas, perillas, cejas, pestañas, bombines, gorros, sombreros, cascos, narices, orejas, cuernos, dentaduras, manos, guantes, zapatos, gafas, alas, varitas, pelucas, mechas, calvas, extensiones, trenzas, tupés, rastas, medias y pantis, tutús, boas y plumas, disfraces, coronas, diademas, capas y túnicas, pompones, o heridas.
Si se detectan irregularidades en los artículos que puedan afectar a la seguridad de las personas, se valora el riesgo y, en caso necesario, se incluye el artículo en la Red de Alerta de Productos de Consumo, un sistema europeo de intercambio rápido de información cuyo objetivo es detectar de la manera más ágil posible artículos inseguros, con la finalidad de poder adoptar medidas que impidan la comercialización de estos productos, ya sea a través de la inmovilización o la destrucción de los mismos. Tanto en el caso anterior como si se detectan irregularidades de tipo informativo, como, por ejemplo, que el etiquetado no esté en castellano, se remiten las actuaciones al departamento correspondiente para el inicio del oportuno procedimiento sancionador.
En la primera fase de esta campaña, realizada con motivo de la celebración de los carnavales, se han realizado un total de 87 actuaciones inspectoras dirigidas a revisar el etiquetado de estos productos, habiéndose detectado irregularidades en 31 de ellas, como consecuencia de la visita a 57 establecimientos.
Esta campaña se desarrolla en el marco del Plan de Inspección de Consumo 2018, que comprende un total de 25 campañas dirigidas a garantizar y reforzar la protección de los derechos de las personas consumidoras y asegurar que los productos y servicios que están a la venta cumplen los requisitos de seguridad y calidad que exige la normativa vigente. El desarrollo del Plan supondrá más de 9.000 controles y la toma de aproximadamente 300 muestras en los diferentes establecimientos que se inspeccionen.
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