La UE ha presentado las estadísticas de notificaciones de sospecha de fraude detectadas a través de la Red Europea contra el Fraude de Alimentos (FFN). Se observa un aumento significativo respecto al año anterior de fraude y otro tipo de incumplimientos. Te decimos cómo funciona esta red y qué datos recoge.

La Comisión Europea cuenta con un plan de acción para fortalecer los controles de la cadena alimentaria que incluye medidas entre las que se encuentra la Red Europea contra el Fraude de Alimentos (FFN).

El escándalo de la carne de caballo determinó la creación de esta red con el claro objetivo de conseguir un intercambio rápido de información entre autoridades nacionales y la Comisión Europea ante casos sospechosos de fraude de alimentos. Pero ¿qué se considera fraude? 

¿Cuándo estamos ante un fraude?

• Para que se pueda hablar de fraude deben darse estos 4 criterios:
• Incumplimiento legal.
• Intencionalidad de no cumplir la ley.
• Beneficio económico.
• Engaño al consumidor.

Los países empiezan a tomárselo en serio

La FFN ha publicado un informe de 2017 en donde advierte de un aumento llamativo del fraude alimentario durante ese año, pero es importante señalar que este informe no recoge la totalidad de fraudes existentes ya que los países comunican de manera voluntaria los casos. Por lo tanto, este incremento no se debe a un aumento en el número de casos, sino a una mayor colaboración de los estados miembros a esta red.

En 2017 se notificaron 178 casos, la mayor parte (88 de cada uno) relacionados con el etiquetado y modificaciones en la composición del producto (cambio, dilución, adicción o extracción de alguna sustancia). En menor medida se notificaron incumplimientos documentales (36) y el empleo de tratamientos o procesos no autorizados (28).

El informe revela que durante 2017 se denunciaron 597 casos de incumplimientos (no fraudes) frente a los 87 de 2016.

Una red muy útil

Esta cooperación transfronteriza resulta de gran utilidad a las autoridades nacionales en la detección y prevención de infracciones trasfronterizas y ayuda a recopilar información sobre casos que requieran una mayor investigación, como se pudo comprobar en casos como los incidentes del fipronil en huevos, la adulteración del atún, y la miel fraudulenta.