El origen de los alimentos: Por un etiquetado de alimentos más transparente
Una iniciativa europea y ciudadana reclama el derecho de los consumidores a conocer el origen de los productos que consumen
Respecto a este origen, buscan que aparezca en el etiquetado de los alimentos frescos y manufacturados, además de buscar el reconocimiento del trabajo de agricultores y ganaderos.
OCU, junto a la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) y otras organizaciones de consumidores y agricultores de toda Europa, han lanzado la iniciativa ciudadana Eat Original. El objetivo es pedir a la Comisión Europea y al Parlamento Europeo que se replanteen la posibilidad de aumentar el número de productos de alimentación en los que tendría que ser obligatorio indicar el origen.
El origen de los alimentos
Por norma general, en los alimentos frescos suele indicarse cuál es su origen en el etiquetado, especialmente cuando son frutas y verduras, carnes, pescados y marisco. También en algunos alimentos no frescos como, por ejemplo, son el aceite y la miel. Sin embargo, esta información se pierde a la mínima que estos alimentos se procesan.
Aunque lo normal sería que el origen de los productos frescos y los procesados fuera el mismo, no siempre es así. En cualquier caso, esta situación de desinformación resulta injusta para el consumidor, ya que no está plenamente informado sobre los alimentos que compra y el origen de estos suele ser un factor bastante decisivo según han constatado diversos estudios europeos durante los últimos años, incluso por delante de la marca.
Diversas encuestas realizadas en Europa, entre ellas un estudio que OCU y otras asociaciones de consumidores europeas elaboraron en 2013, han demostrado que una de las principales preocupaciones de los consumidores a la hora de hacer la lista de la compra es el origen de los productos. Entre los datos más llamativos están:
El 60 % de las personas encuestadas pensaba que debía ser obligatorio que los alimentos frescos incluyeran información sobre su origen en el etiquetado, especialmente cuando se tratase de frutas y verduras, carnes, pescados y mariscos. Esta misma condición la trasladaron también a los alimentos procesados de un solo ingrediente o cuando este supone más del 50 % de la composición de un producto manufacturado.
El 74 % de los encuestados afirmó que las indicaciones UE/Fuera de la UE no eran suficientes y que querían saber el país concreto de origen. Asimismo, el 18 % también consideraba importante conocer la región.
La mayoría de los consumidores prefería que la información sobre el producto apareciese en el etiquetado de una manera visible y clara, sin tener que visitar su página web o escanear un código QR para conocer estos datos.
El 40 % de los participantes reconocía que pagaría entre 5-10 % más porque apareciese alguna mención de su procedencia en el etiquetado de los productos.
En definitiva, una cosa está clara: el origen de los alimentos influye mucho en la decisión de compra de los consumidores, así como en el precio de los productos. Esto es algo que saben de sobra los fabricantes de alimentos elaborados y muchas veces juegan con esta información, sobre todo cuando creen que les supone una ventaja competitiva.
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