Las 'loot boxes', también conocidas como cajas de botín, se han impuesto como una moda dentro de los videojuegos online. Una tendencia peligrosa, según muchos expertos, que, sin embargo, sigue sin estar bien regulada en España. Los derechos de los consumidores, especialmente de los más vulnerables, quedan así desprotegidos. Por eso OCU solicita a Consumo que agilice la regulación y proteja a los menores.
Los consumidores europeos queremos que se regulen
En todo el mundo, más de 2.800 millones de consumidores supuestamente juegan a videojuegos de forma regular, entre niños, adolescentes y adultos Y, a pesar de ser una industria importante, el sector de los videojuegos ha quedado en gran medida al margen de regulaciones.
Esto podría deberse principalmente a que estos nuevos modelos de negocio son técnicamente complejos o a que muchas autoridades consideran todavía los videojuegos como un nicho de mercado de entretenimiento.
En cualquier caso, el tamaño del mercado y el número de consumidores afectados dejan claro que las reglamentaciones y las posibles intervenciones deben ocupar un lugar destacado en la agenda de las autoridades a nivel nacional y de la Unión Europea.
Cajas de botín: recuerdan a los juegos de azar
Las cajas de botín o 'loot boxes' son paquetes misteriosos de contenido digital que contienen algunos videojuegos y que los consumidores compran con dinero real, sin saber lo que contienen hasta que han pagado por ello.
Su uso ha sido controvertido desde hace más de una década, ya que su mecánica recuerda a la de los juegos de azar, combinando un diseño engañoso, recompensas aleatorias, monedas virtuales y sesgos cognitivos, una combinación demasiado poderosa que puede suponer un auténtico problema y causar un daño real: las cajas de botín pueden suponer para los consumidores, sobre todo para los más vulnerables por ser menores de edad, un problema de adicción y de manipulación por utilizar prácticas agresivas y engañosas.
Un estudio noruego sobre 'Loot boxes'
Ha habido varias iniciativas para autorregularse o aumentar la transparencia en los mecanismos de las cajas de botín, pero han demostrado ser poco satisfactorias.
Todo esto ha llevado al Consejo de Consumidores de Noruega (Forbrukerrådet), a realizar un amplio estudio relacionado con las “Cajas de botín” o “Loot boxes”, analizando varios de los videojuegos más famosos en la actualidad. A continuación te mostramos los resultados de su experiencia con uno de los más importantes.
El famoso juego deportivo FIFA, una invitación a gastar dinero
FIFA es un juego de fútbol que existe desde 1993, perteneciente a la importante empresa Electronic Arts (EA).
Este videojuego deportivo es el más vendido del mundo con más de 325 millones de copias vendidas en todos los juegos.
La última versión del juego, el FIFA 22, se lanzó el 1 de octubre de 2021.
El juego tiene una edad recomendada (calificación PEGI) de más de 3 años. Los niños menores de 13 años no pueden usar sus propias cuentas para jugar, si bien se sabe que juegan niños más pequeños, que mienten sobre su edad o usan las cuentas de sus padres o hermanos mayores. A pesar de esto, algunos expertos en seguridad han descubierto que a la mayoría de los padres y cuidadores les preocupa poco si ese niño tan pequeño a su cargo juega a FIFA, aunque como todos los juegos puede presentar riesgos para los niños y jóvenes.
En 2008, EA presentó FIFA Ultimate Team (FUT) como un nuevo modo de juego en línea al que podían acceder los jugadores de FIFA, que desde su lanzamiento se convirtió en el más popular de los juegos de FIFA y en una de las principales fuentes de ingresos de EA.
¿Cuál es la dinámica del juego?
En 2021, información publicada por la CBC en Canadá indica que hay documentos internos que mostraron que la EA diseña los juegos de FIFA para impulsar a los jugadores hacia el modo de juego FUT en cada oportunidad, ya que es ahí donde la empresa genera ingresos posteriores a la venta.
En definitiva, se pone de manifiesto la explotación, el marketing engañoso, la distorsión del coste real y la manipulación hacia los jugadores, especialmente si son menores.
Pedimos regulación y protección al menor
En una acción coordinada por el BEUC (la Organización Europea de Consumidores), 17 organizaciones europeas, entre las que se encuentra OCU, han trasladado a las diferentes autoridades nacionales el informe realizado por el Consejo de Consumidores de Noruega solicitando:
Pedimos que se agilice esa regulación que proteja los derechos de los consumidores.
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