Conocer la procedencia de un producto o su trazabilidad es algo que hoy en día puede resultarnos natural, pero hace algunos años no era así. Nunca el consumidor ha tenido acceso a tanta información, y esto es posible gracias a las etiquetas inteligentes. ¿Has oído hablar de ellas?
Un sistema ventajoso para empresas y consumidores
Estas etiquetas inteligentes actúan como códigos de barras avanzados, en algunos casos con tecnología NFC y nos permiten conocer la información de un producto de manera más rápida y ágil.
¿Sabías que existen diversos tipos? Uno de los más conocidos y utilizados es el código QR. Seguro que te suena o incluso lo has utilizado. Otro, aunque menos extendido, son las etiquetas RFID que utilizan tecnología de identificación por radiofrecuencia.
Tanto los códigos QR, como las etiquetas NFC o la tecnología RFID tienen ventajas comunes. La principal es el acceso a una información más detallada de los productos. Esto no solo es una ventaja para el consumidor, sino también para las empresas, a la hora de agilizar el paso por el punto de venta, conocer el stock de un producto o hacer inventario, así como mejorar la cadena de suministro. De hecho, esta última es su principal aplicación.
En los últimos años, hemos visto cómo ha aumentado el número de empresas que han incorporado este sistema, incrementando ventas y mejorando la competitividad.
Información sin límites y al alcance de todos
En la actualidad nos encontramos ante un consumidor más exigente, que busca conocer más sobre el producto que compra, sobre todo si hablamos de productos alimenticios. Cada vez son más los consumidores interesados por la producción y trazabilidad de aquello que están adquiriendo, es decir, el número de lote, procedencia o fecha de caducidad, de consumo preferente y vida útil del producto. Esta información, podemos encontrarla en las etiquetas inteligentes. Pero también podemos encontrar otro tipo de información, que es la referida a la identificación del producto: modelo, forma, color, talla...
Otro de los factores que más interesa a los consumidores es la sostenibilidad. Por eso se hace fundamental este avance que nos permite tener más detalles sobre el origen de aquello que vamos a consumir.
Las etiquetas inteligentes nacen como una alternativa a los rótulos de los envases con el objetivo de crear envases inteligentes, proporcionando al consumidor toda la información que precise del producto. De esta manera, desaparece la limitación que trae consigo el tamaño de los envases, poniendo a disposición del consumidor toda la información que precise.
Además, su uso es muy sencillo, basta con escanear el código desde el propio teléfono móvil. De esta manera, el consumidor puede conocer toda la información del producto.
La primera etiqueta inteligente
Si bien es cierto que la implantación de este nuevo modelo de etiquetas inteligentes es algo relativamente reciente, la primera de la historia la encontramos en 1952 en Estados Unidos. En el caso de nuestro país tuvimos que esperar hasta 1977 para verla implementada. ¿Sabes de cual hablamos? Se trata de las etiquetas adhesivas de código de barras.
El nuevo sistema fue un gran avance para las empresas, su llegada supuso una mejora en la gestión de los pagos y supuso una reducción considerable en las filas de los comercios.
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