La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) hace balance tras un año desde el comienzo de la pandemia, destacando que ésta ha dejado un nuevo consumidor más consciente de valores como la cercanía, la atención personalizada, la higiene o la seguridad.
Así, la asociación asegura que el consumidor es cada vez más consciente de la ventaja de la proximidad. Ésta implica encontrar un surtido completo y variado de alimentación y productos de higiene a precios competitivos muy cerca de sus casas, lo que permite, entre otras cosas, hacer la compra a pie. En esta oferta, los productos frescos son un pilar fundamental, que se ve complementado por la alimentación envasada. De este modo, el supermercado da respuesta a la creciente preocupación por llevar una dieta variada, equilibrada y saludable.
Además, durante la pandemia se ha producido un auge de los supermercados en zonas rurales, apoyado por cadenas regionales y pequeñas empresas de supermercados agrupadas en centrales de compra, lo que está siendo un factor fundamental para apoyar el freno a la despoblación de áreas rurales que, con la pandemia, ha despertado el interés de muchos ciudadanos. Con un 19,3% de aperturas de establecimientos en 2020, la distribución moderna significa empleo, emprendimiento y dinamización para los pueblos.
Otro de los factores que ha surgido tras la pandemia es la figura del consumidor mixto, que compra tanto en el canal físico como digital. Así, la tienda electrónica como complemento de la tienda física será, según indican los datos del IV Observatorio de Comercio Electrónico en Alimentación de Aseadas, la tendencia en este ámbito. Es lo que se conoce como la “proximidad digital”.
Por otra parte, las medidas de seguridad e higiene que se aplicaron desde el primer momento han hecho del comercio en su conjunto, y de la distribución alimentaria en particular, uno de los lugares donde los consumidores pueden acudir con confianza, como indica la puntuación de más de un ocho obtenida en el barómetro de Aecoc Shopperview.
El factor humano, definido por el esfuerzo y compromiso de los empleados de los supermercados durante este año, han convertido a los supermercados en un vecino más, profundizando en la idea de servicio personalizado y siendo reconocidos y valorados por los ciudadanos. El concepto de “servicio” va aún más lejos y se extiende a las numerosas acciones de responsabilidad social que se han llevado a cabo durante 2020, en que se han batido récords en cantidad, diversidad y alcance de las acciones de compromiso social, como las donaciones de alimentos.
Por último, el consumidor cada vez está más concienciado medioambientalmente. Repensar los modos de consumo y de tratamiento de residuos significa avanzar en la economía circular. El gran reto es la mejora de los sistemas de recuperación y tratamiento de materiales, mientras se trabaja en la reducción y sustitución de envases. La distribución está haciendo grandes esfuerzos en este sentido, que el consumidor comienza a percibir.
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