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Las 10 claves para planificar bien el ahorro
Las 10 claves para planificar bien el ahorro

Las 10 claves para planificar bien el ahorro

Para evitar el efecto corrosivo de la inflación y obtener rentabilidad hay que diversificar con productos de Bolsa internacional, evitar entrar y salir del mercado y fijarse en los gastos y en la fiscalidad de los activos.

Sacar el máximo partido al ahorro en un entorno de bajos tipos de interés como el actual se ha convertido en el más difícil todavía. Pero con la vista puesta en el medio plazo, ya sea para la jubilación, los estudios de los hijos o preparar un buen colchón para disfrutar más adelante, una buena planificación es clave para tener éxito. El largo periodo de bajos tipos de interés que vivimos, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y la delicada situación de la hucha de las pensiones hace que el ahorrador tenga que plantearse la inversión como una fórmula imprescindible para evitar la erosión de sus ahorros. Abante, Tressis y atl Capital desvelan aspectos importantes que tiene que tener en cuenta para invertir a largo plazo. ¿A qué activos destino mi dinero? ¿Depósitos y vivienda sí o no? ¿Qué aspectos fiscales tienen más incidencia? Estos son algunos consejos clave.

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Marcar un objetivo. Lo primero que tiene que plantearse el inversor es para qué esta ahorrando. Jubilación, estudios de los hijos, vivienda, etcétera... Conocer estos objetivos permitirá saber con qué horizonte temporal cuenta. Y esto a su vez determinará cuánto tendrá que ahorrar y cómo deberá repartir la cartera de inversión para sacar el máximo partido reduciendo el riesgo. No es lo mismo ahorrar para comprarse una casa o financiar los estudios de los hijos dentro de 5 años que para jubilarse dentro de 10 o 20 años. Por ejemplo, alguien que quiera conseguir 50.000 euros para dentro de 20 años con que ahorre 1.615 euros al año será suficiente si invierte en activos que ofrecen una rentabilidad anual del 4%. Si tolera menos riesgo y en el mejor de los casos aspira a un 2% anual, le costará 24 años llegar a su objetivo, según los cálculos de alt Capital (ver ilustración).

Ahorro sistemático. La mayor parte de la cartera estará destinada a productos que inviertan en Bolsa, entre un 45% y un 65% de la cartera. Para esta parte, lo importante es empezar a ahorrar lo antes posible, para tener más años de plazo y reducir el riesgo de las inversiones. Los expertos aconsejan realizar aportaciones sistemáticas porque los estudios demuestran que la inversión repartida en el tiempo reduce el riesgo en la cartera. "Es bueno empezar lo antes posible, cada uno con la cantidad que pueda", comenta Beatriz Martínez-Avial, directora del departamento de Planificación Financiera de atl. Recomienda convertir el ahorro en un gasto fijo al mes y hacer una transferencia periódica destinada a una cuenta de ahorro. Con una inversión de 1.615 euros anuales durante 20 años el ahorrador tendrá 40.000 euros invirtiendo en productos que ofrezcan una rentabilidad anual media del 2% y 50.000 si logra el 4%. Y eso se consigue con una cartera de inversión diversificada a nivel mundial (ver ilustración).

Esfuerzo y rentabilidad. Nunca es tarde para invertir. Una persona de 50 años todavía tiene muchos años de vida por delante, por lo menos 30 años, según la esperanza de vida en España. En el entorno actual, un inversor de 45 años con perfil moderado que quiere ahorrar para más adelante y conseguir una renta adicional a su pensión de mil euros al mes, actualizados por la inflación, si sólo ahorra y no invierte su dinero perderá valor a lo largo de dos décadas", asegura Paula Satrústegui, de Abante. Si tiene ahorrados 40.000 euros y opta por un producto financiero que le dé una rentabilidad equivalente a la inflación, es decir, un 2%, a los 67 años tendría casi 180.000 euros, pero sólo llegaría a los 81 euros la renta adicional. Si aspira a una rentabilidad media anual del 5%, desde Abante le recomiendan una cartera de inversión que tenga entre el 55% y el 65% en Bolsa. Incluso a los 65 años se podría plantear la inversión en Bolsa para la parte del ahorro que no necesite a corto plazo, según Tressis.

Fijarse en la inflación. Con los tipos de interés en niveles muy bajos durante mucho tiempo los depósitos ya no son una alternativa ni para los más conservadores. Sólo se puede dejar una parte residual. El que no invierta está condenado a ver reducido su dinero en el futuro por el efecto de la inflación y los impuestos. El efecto corrosivo de la inflación puede hacer que un millón de euros se reduzcan a 909.000 en cinco años y se queden en 738.500 euros en 15 años (ver gráfico).

En qué invertir. Los asesores financieros coinciden en que para tener éxito en la inversión hay que destinar buena parte del ahorro a Bolsa mundial, bien diversificada. El vehículo más recomendado es a través de fondos de inversión porque tiene la ventaja fiscal que permite cambiar de producto sin tributar y diferir el pago así. Cien dólares invertidos en un índice global de renta variable en 1986 se habrían transformado ahora en cerca de 1.500 euros (ver ilustración). "Para una persona de 45 años, que todavía tiene dos décadas para acumular dinero, nos parece razonable tener una cartera con un 60% en Bolsa. Podría asumir todavía más riesgo en su cartera dado el amplio plazo con el que cuenta, y ello le permitiría reducir su esfuerzo de ahorro para el mismo objetivo", explica Satrústegui. Aconseja fondos apropiados en función de su perfil e inquietudes para conseguir este objetivo de rentabilidad. Recomienda "fondos de fondos, dado que permiten una inversión global con gestión profesional, muy diversificada y con ventajas fiscales", apunta. Combinaría en la cartera, además de fondos, planes de pensiones, que en el largo plazo y para este objetivo son un producto que bien gestionado puede proporcionar ventajas, debido a las reducciones fiscales y al diferimiento del pago de impuestos. El riesgo a perder aumenta en Bolsa si el inversor opta sólo por alguna zona geográfica o concentra la cartera en pocos valores.

El largo plazo es clave. El miedo a perder es lo que frena a muchos ahorradores a invertir. Pero los expertos aseguran que a largo plazo el riesgo de la inversión en Bolsa se reduce. El índice MSCI World en euros sube más del 14% este año, casi un 40% en los últimos tres, más de un 300% en la última década y un 220% a 15 años. Sólo a 20 años la rentabilidad es menos atractiva, pero alcanza el 172%, según los expertos de Abante. También una cartera mundial que conjuga Bolsa y bonos logra rentabilidad (ver ilustración). Santamaría explica que una cartera equilibrada puede registrar rentabilidades negativas en plazos cortos, pero si el horizonte de inversión es más largo esas pérdidas se compensan por el potencial de rentabilidad que puede registrar al haber asumido más riesgo. "Los inversores que han mantenido su inversión en este perfil de riesgo durante al menos tres años seguidos, sin desinvertir, en un 92,54% han obtenido rentabilidad", afirma. A 120 meses el 100% logra beneficios (ver ilustración). Esto no quiere decir que a lo largo de tres años estas carteras no hayan registrado nunca pérdidas, sino que aquellos inversores que han mantenido su inversión, al cabo de tres años en un 92,5% de los casos han finalizado el periodo con rentabilidad (ver gráfico).

Evitar ventas por pánico . Hay que tener clara la tolerancia a la volatilidad, es decir, a las fuertes oscilaciones de la cartera, y después es importante permanecer invertido. Es más rentable que estar entrando y saliendo del mercado. "Perderse ciertos días de fuerte revalorización afecta a la rentabilidad final de nuestras inversiones de forma significativa porque es habitual tomar la decisión de vender tras haber sufrido días de fuertes caídas", comenta Marta Díaz-Abajo, de atl. Con datos del índice europeo Stoxx 600 desde 1988, perderse las 10 mejores sesiones puede reducir el patrimonio final a la mitad y supone una diferencia de casi cuatro veces perdiéndose los 30 mejores días de los últimos 30 años (ver ilustración). Los expertos afirman que después de un mes o trimestre muy malo en Bolsa suele haber una recuperación fuerte, por lo que si vendes por miedo te pierdes el rebote.

Ojo con la inversión en vivienda. Diversificar con alternativas menos líquidas puede tener sentido para altos patrimonios, pero hay que tener en cuenta las implicaciones fiscales y los gastos que conllevan. Según datos del Banco de España la rentabilidad de la vivienda (subida de precio más alquiler) ronda el 10,5% anual, pero la vivienda no es tan rentable como parece, advierte Tressis. Cuando compramos una vivienda y la financiamos con una hipoteca, tenemos que tener en cuenta todos los gastos e impuestos que lleva aparejado. ITP (4%-10%) o IVA (10% para todas las comunidades menos Canarias que tiene un 7%) dependiendo de si es nueva o no, AJD (0,5%-1,5%), notario, gestoría, registro, gastos hipotecarios... "Todos estos pequeños detalles elevan el coste de la compra entre un 7% y un 15% dependiendo de la comunidad autónoma donde esté ubicada la vivienda. Son menores en el País Vasco y mayores en la Comunidad Valenciana . "Estos gastos e impuestos pueden hacer que esa, aparentemente buena, inversión financiera en una inmueble se convierta en una inversión no tan atractiva", comenta Sonsoles Santamaría, directora general de negocio de Tressis. Señalan también el aspecto negativo de la iliquidez del activo, es decir, que es más difícil de vender con rapidez que los productos cotizados. A esto se añaden los impuestos municipales que se pagan todos los años, la imputación en el IRPF de la segunda vivienda. IBI, el impuesto de basuras, gastos de comunidad, seguros o gastos de la financiación. "Son desembolsos que tienen que considerarse al calcular la rentabilidad real de los alquileres como inversión alternativa para diversificar". La elección de la zona para comprar vivienda como inversión es clave. Actualmente las zonas premium, que son las que se alquilan mejor, están ya a precios elevados y en el resto no es tan atractivo invertir.

La fiscalidad importa. La fiscalidad tanto de los productos en los que esté el ahorro como de la comunidad autónoma del inversor son importantes. Fiscalmente lo más aconsejado es repartir la cartera con fondos de inversión diversificados que se pueden traspasar sin tributar hasta el momento de la venta. En cuanto a los impuestos por regiones, desde Tressis apuntan que para una persona de 50 años con rentas del trabajo de 100.00 euros al año, 10.000 euros por dividendos y 3.000 por fondos de inversión, en Valencia tendía que pagar cerca de 37.000 en el IRPF, frente a los 35.008 de Madrid. Los cálculos del impuesto sobre patrimonio benefician a Madrid, con un mínimo exento de 7000.000 euros, frente a los 400.000 de Aragón.

Revisar el plan periódicamente.Los expertos aconsejan al inversor no asumir más riesgo del que se pueda permitir, sobre todo a corto plazo, ser fiel a la estrategia marcada sin dejarse llevar por las emociones y hacer un seguimiento periódico por si algún evento inesperado obliga a cambiar el plan. El abanico de productos al alcance del inversor es amplio y decidir cual se ajusta mejor a sus necesidades y el momento del mercado puede ser complicado. Por eso, en muchos casos es necesario informarse bien de los riesgos y ventajas que ofrecen. La inversión directa en Bolsa estaría restringida para los inversores más tolerantes al riesgo, pero vía fondos de inversión o ETF (fondos cotizados) se puede sacar partido al ahorro a largo plazo.

Puede consultar la notícia original ACI

 

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