Algunos tienen miedo a los 902 y otros creen que son números gratuitos. Pocos saben qué significa que un número de teléfono empiece por 806. Muchas cifras y pocos datos: resolvemos tus dudas sobre las diferentes numeraciones para que jamás te encuentres con un agujero en la factura.
Por muy contentos que estemos con nuestra tarifa plana, hay números que están fuera de ella y por los que tendremos que pagar aparte. Algunos son especialmente peligrosos para nuestra factura. Otros son absolutamente gratuitos. Te aclaramos la confusión:
Si llamas a un número que empieza por 900 o por 800, te saldrá gratis (paga quien recibe la llamada).
Algunas empresas bloquean las llamadas desde determinados lugares: por ejemplo, una empresa que solo ofrece servicio en una comunidad puede bloquear a quien llame a su número 900 desde fuera de esta.
Cuando marcas un 901 pagas una parte de la llamada (normalmente lo mismo que te costaría una llamada local) y el propietario del número paga el resto.
Es un número habitual en la Administración pública y su precio depende del operador, pero el coste se dispara si estás llamando desde un móvil.
Por ejemplo: con Movistar una llamada de 5 minutos a un 901 cuesta 0,28 euros desde un fijo y 1,88 euros desde un móvil.
902 precio llamada: es un coste muy superior
Si marcas un 902 pagas tú el coste íntegro de la llamada.
Es la numeración habitual en los servicios de atención al cliente (aunque las compañías de gas luz están obligadas a tener un número gratuito).
Si llamas desde un fijo, el coste es similar al de una llamada interprovincial.
El problema es que el gasto crece si marcas desde un móvil: estas llamadas no están incluidas en las tarifas planas y suelen durar mucho (primero te ponen en espera, luego hay que explicar la queja...).
El precio de una llamada de 5 minutos desde un fijo de Movistar es de 0,56 euros, pero desde un móvil salta a 2,82 euros.
Ni los 902 ni los 901 fueron diseñados para que las empresas sacasen beneficios con las llamadas, pero la realidad es que las compañías telefónicas incentivan a las empresas para que los usen (los márgenes son muy elevados).
Hay números pensados para prestar un servicio durante la llamada, por lo que su precio suele ser muy elevado: una parte de este beneficio es para la compañía telefónica y otra para la empresa que presta el servicio.
El tipo de servicio está definido por las 3 primeras cifras:
El secreto de la cuarta cifra
Pero lo que más te interesa es la cuarta cifra del número: cuanto más alta sea, más pagarás.
Si la cuarta cifra es superior a 6, el usuario tiene que haber autorizado en su compañía telefónica este tipo de servicios ultracaros.
Como siempre, llamar desde un móvil será aún más caro, pero en estos números la diferencia no es tan grande como en los 901 o 902.
Mención aparte merecen los números que empiezan por 118: se usan como "guía telefónica".
Cuando tenemos dudas de un número de teléfono y Google no nos lo soluciona, las empresas que dan servicio con la numeración 118 son una alternativa. Sin embargo, sus elevados precios y la publicidad con la que a veces se promocionan nos deben de poner en alerta
Además, esta numeración permite ofrecer "progresión de llamada": en lugar de darte el número por el que consultas, se ofrecerán a hacer por ti la llamada. ¿Cortesía? En absoluto: al hacer ellos la llamada seguirán cobrándote como si estuvieses hablando con el 118, con lo que una llamada que en principio va a ser corta (a precios desorbitados o no) se puede alargar durante varios minutos y el resultado puede ser catastrófico para el bolsillo del consumidor.
A partir de julio de 2018 esta numeración tendrá algunas restricciones. Una locución previa más larga (15 segundos) deberá informar del precio de la llamada y la tarifa 118 no se aplica hasta 5 segundos después de la comunicación. Además, se limita su duración a 10 minutos. Las compañías que prestan el servicio tendrán libertad para fijar sus tarifas, no podrán fijar un coste de establecimiento por llamadas y si su precio supera los 2,5 euros por minuto será necesario la petición formal y expresa del usuario.
Estas limitaciones se producen tras numerosas denuncias y sanciones a diferentes operadores por un mal uso de los llamados números de información (118). Sin embargo se han rechazado las principales reivindicaciones de OCU al respecto: que sean considerados servicios de tarificación adicional a todos los efectos, que se ofrezcan desactivados por defecto y una más precisa y clara definición de responsabilidades y sanciones en caso de incumplimientos.
Mientras el consumidor debe seguir atento. Con la nueva normativa no se evitará que el fraude se siga produciendo aunque sus consecuencias se limitarán a 25 euros por llamada.
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