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Pequeños gestos para reducir el consumo energético
Pequeños gestos para reducir el consumo energético

No se suele reflexionar sobre el derroche de energía en la sociedad porque se da por sentado el suministro: apretamos un interruptor y tenemos luz. No hay cortes eléctricos ni escasez de combustible –al menos por ahora–, así que: ¿por qué el consumo de energía en el hogar nos preocupa tanto?

La primera razón hay que buscarla en las constantes subidas del precio de la electricidad (el 70% en España desde el año 2008) y a las advertencias por parte de expertos como Jorge Morales de Labra de que el recibo de la luz seguirá subiendo.

El segundo motivo está claro para aquellas personas concienciadas con el medio ambiente: la mayor amenaza para la vida en el planeta, el cambio climático, está muy unido al uso y disfrute de los recursos energéticos.

A esta preocupación ecológica se debe el auge de cooperativas de consumidores que comercializan electricidad de procedencia exclusivamente renovable entre sus socios. Som Energia abrió camino y cuenta ya con más de 55.000 socios. Después vinieron GoiEner, Zencer o EnerPlus con un crecimiento espectacular. En Unión Renovables las encontrarás todas.

Cambiar algunos hábitos te ayudará a ahorrar en la factura de la luz

Sea por economía o por conciencia ecológica, lo cierto es que es indispensable interiorizar conceptos como la sostenibilidad o la eficiencia energética en todos los aspectos de la vida, empezando por el que mejor se controla: nuestro hogar.

La factura de la luz supone un gasto medio anual de unos 900€ para los españoles. El consumo de energía en los hogares está repartido de la siguiente forma:

  • La calefacción (47%).
  • Los electrodomésticos (19,4%)
  • El agua caliente (18,9%).
  • La cocina (7,4%).
  • La iluminación (4,1%).
  • El stand by (2,3%).
  • El aire acondicionado (0,8%).

Dentro de los electrodomésticos, el consumo está repartido de la siguiente forma:

  • El frigorífico (30,6%).
  • El televisor (12,2%).
  • La lavadora (11,7%).
  • El stand by (10,7%).
  • El horno (8,3%).
  • Los ordenadores (7,4%).
  • El lavavajillas (6,1%).
  • Los congeladores (6,1%).
  • La secadora (3,3%).

En resumen, la climatización y los electrodomésticos son la principal fuente de consumo y de gasto energético de los hogares españoles.

Un aislamiento deficiente, electrodomésticos antiguos y hábitos inadecuados suponen un notable incremento en la factura eléctrica.

Es hora de replantear los hábitos energéticos y dar un respiro al bolsillo y al planeta. Adecuar el hogar para estar cómodos y no pasar frío en invierno ni demasiado calor en verano supone un gasto y un consumo considerable.

1. Climatiza sin derroches

Uno de los puntos débiles de la mayoría de los edificios es su aislamiento. La mayor parte de la energía se escapa a través de techos, paredes, puertas y ventanas. Justo lo contrario de lo que sucede en las "casas pasivas" (del término alemán Passivhaus), construidas con criterios bioclimáticos para conseguir un consumo energético casi nulo, con un ahorro energético de hasta el 90%.

Lograr una temperatura óptima es esencial para reducir las facturas

Se necesitan unos 23 ºC para estar cómodos en invierno, pero la misma sensación térmica se consigue con 21 ºC en una vivienda bien aislada.

Con medidas efectivas de aislamiento se puede obtener un ahorro de entre 50-100 € anuales. Aquí tienes algunas ideas que te serán de gran ayuda:

  • Instalar sistemas de doble acristalamiento con rotura de puente térmico en el marco. Las ventanas con aislamientos deficientes suponen una pérdida energética de hasta un 30%.
  • Colocar burletes o films aislantes en puertas y ventanas. Ahorran entre 30 y 80 € al año.
  • Bajar las persianas y cerrar las cortinas por la noche. Las cortinas gruesas disminuyen las fugas de calor. Resta otros 30 €.

Otros consejos de climatización que también te serán muy útiles:

La calefacción representa el 18% del gasto de la factura. Es frecuente hacer mal uso de los radiadores, ya que se suelen tapar y dificultan la correcta difusión del aire. Hay que mantener despejada esta fuente de calor para aumentar su rendimiento. Con ello se evita derrochar unos 40 € al año.

  • Utilizar paneles reflectantes entre pared y radiador. Disminuyen la pérdida de calor a través de la pared y ahorran también hasta un 10%.
  • Instalar estufas que quemen briquetas (fuentes de energía renovables como restos de madera prensada). Son muy eficientes, presentan la mitad de consumo que las estufas eléctricas, bastante inferior a las de gasóleo y algo más bajo que las de gas natural.
  • Ventilar diariamente. Es necesario para la renovación del aire interior, pero en su justa medida: 20 minutos son suficientes para airear y evitar que haya pérdidas energéticas considerables. Durante ese intervalo de tiempo, se ha debe apagar la calefacción o el aire acondicionado.
  • Instalar un termostato. Permite desconectar la calefacción a ciertas horas. Cada grado de temperatura añadido equivale a un 9% más de gasto energético.
  • Aprovechar la energía del sol. En invierno, conviene abrir las persianas y cortinas cuando da el sol y cerrarlas el resto del día.

En verano, también podemos ahorrar en la factura de la luz con ciertos hábitos:

  • Si se utiliza aire acondicionado. Por cada grado que se baja el termostato, hay un 9% más de gasto. Así pues, hay que considerar cuál es la temperatura de confort.
  • Debemos cerrar cortinas y persianas en las horas centrales del día. Evitaremos que el sol y el calor disparen el consumo del aire acondicionado.
  • Utilizar cortinas y persianas de colores claros. Son más eficientes para reflejar el calor que los tonos oscuros.
  • Instalar toldos. Son muy útiles para proteger del sol.

2. Apuesta por electrodomésticos eficientes

El frigorífico está encendido 365 días al año y supone el 30% del recibo de la luz. La máxima eficiencia es la A+++, pero pocos pensamos que, por muy eficiente que sea la tecnología, un aparato más grande de lo que necesitamos gastará más que uno pequeño.

A partir de 200 litros son menos eficientes. Hay que estudiar el consumo en kilovatios/año y los litros de volumen, y evitar extras como los dispensadores de agua y hielo en la puerta, puesto que estos caprichos suponen hasta un 20% más de gasto.

Con un frigorífico de la máxima categoría se ahorran entre 90 y 140 euros al año. La amortización del mayor coste será rápida: una nevera A+++ consume el 60% menos que una de clase energética A.

3. Adquiere buenos hábitos energéticos

Con la lavadora, la medida más útil es lavar en agua fría, puesto que el 90% de la energía que consume se emplea en calentar el agua. Un ciclo a 90 ºC gasta cuatro veces más que uno a 40ºC.

En la cocina, hay algunos trucos que puedes aplicar:

  • Utilizar el calor residual siempre que sea posible. Apagar el horno o la olla exprés antes de que acabe la cocción.
  • Usar la vitrocerámica con recipientes de diámetro algo más grande que la zona de cocción.

Con estos hábitos se pueden llegar a economizar unos 100 € anuales.

"Los aparatos enchufados están consumiendo permanentemente, estén o no funcionando", advierte Manuel Rivero de Intiam Ruai, empresa de energías renovables y eficiencia energética.

El stand by es un vampiro que consume el 2,3% de electricidad. Para evitarlo se pueden instalar regletas con interruptores o desenchufar los aparatos.

4. Reducir la potencia contratada

En la factura eléctrica se paga por dos conceptos: el consumo real de electricidad y la potencia eléctrica contratada. Esta última parte, la potencia contratada, es fija, se paga siempre, aunque no haya gasto. En los últimos 15 años, se ha aumentado un 155% lo que se paga por esta parte fija correspondiente a la potencia contratada.

Como rechazo y medida efectiva para ahorrar en el recibo de la luz, se ha lanzado la campaña "Bájate la potencia", promovida por organizaciones que defienden la eficiencia energética.

Por "potencia contratada" se entiende la potencia máxima que se puede consumir simultáneamente. Por ejemplo, en un hogar donde se tenga encendida una bombilla de 100 W al mismo tiempo que un lavavajillas de 2.000 W y otros electrodomésticos por 1.000 W se está utilizando una potencia de 3.100 W (3,1 kW), por lo que se necesita 3,3 kW de potencia contratada.

Los expertos en eficiencia energética aseguran que si nunca han saltado los plomos en tu hogar hay margen para bajar al menos un tramo. En cuanto al ahorro que se consigue es considerable: bajar un tramo permite un ahorro de 52 € en la factura, por dos, 104 €, por tres, 156 €.

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