¿Ha llegado el frío y tu calefacción no funciona bien? Un buen mantenimiento, no sólo de la caldera, sino también del resto del sistema, es clave para mejorar el rendimiento de la calefacción, reducir el consumo de energía y tu factura al mes. Apunta estas 5 claves para purgar los radiadores y equilibrar el sistema de calefacción.
Las vacaciones de las que disfruta el sistema de calefacción durante la mayor parte de la primavera y el verano favorecen la formación de bolsas de aire en el interior del sistema, disminuyendo considerablemente su rendimiento. Existen dos tipos de purgadores: automáticos y manuales. En los automáticos no debemos hacer nada, el aire se expulsa por sí mismo. Sin embargo, en los purgadores manuales debemos ser nosotros mismos los que realicemos el proceso. Como consejo general, los radiadores deberían purgarse siempre antes del inicio de la época de calefacción, al comienzo del otoño. Pero, si todavía no lo has hecho, aún estás a tiempo, te decimos cómo.
Cómo purgar los radiadores de calefacción paso a paso
Para saber si es necesario realizar este purgado, un síntoma clave, es que oigas ruidos extraños en el sistema, como gorgoteos. No obstante, la forma más clara de “sentirlo” es si al tocar el radiador, la parte superior está más fría que la inferior, ya que el aire tiende a subir.
Una vez identificado el problema, lo primero a tener en cuenta es que el purgado debe hacerse siempre con la calefacción apagada. El radiador debe estar frío, ya que el circuito de calefacción debe estar parado para que la bomba de la caldera no mueva el circuito de agua y junto a esta mueva también el aire acumulado en el sistema. Cuando no hay movimiento en el circuito de calefacción el aire al pesar menos se queda en la parte alta del radiador, de este modo facilita el purgado.
El siguiente paso será cerrar la llave de paso de agua al radiador que se vaya a purgar, conviene empezar siempre por el que esté más cercano a la caldera, así seguiremos el sentido del flujo del agua dentro del sistema de calefacción.
Una vez hecho esto, ayudándote de una llave inglesa, o de un destornillador en caso de que cuente con una marca para ello, gira la válvula de purgado que se encuentra en la parte superior del radiador, y mantenla abierta hasta que comience a salir agua de forma constante, y sin gorgoteos (coloca un pequeño recipiente en la parte inferior de la válvula para recoger el agua que salga a través de la misma). Será necesario que repitas el proceso en cada uno de los radiadores de su vivienda.
Una vez terminado el purgado de todos los radiadores, no olvides revisar la presión del agua de la caldera, generalmente debe estar entre 1 – 1,5 bares (el manómetro suele estar en la parte inferior de la caldera, y suele tener una zona verde, que es dónde debe colocarse la aguja).
¿Qué puedo hacer si los radiadores no calientan?
Si una vez realizado el purgado, aun así tenemos radiadores que no se calientan, o no lo hacen los suficiente, puede que el sistema no esté equilibrado.
En la parte inferior del radiador tenemos otra llave, en este caso de salida de agua del circuito, el “detentor”. Se identifica porque lleva una tapa de metal o plástico que esconde un tornillo Allen, para abrir o cerrar el paso de agua. Su función es la de compensar el reparto del caudal de agua entre los radiadores que componen nuestro sistema de calefacción, es decir, una vez que tenemos la caldera en funcionamiento y las llaves de entrada y detenedores están abiertos del todo, podremos comprobar qué radiadores se calientan antes, y cuales alcanzan mayor temperatura.
Según nuestras necesidades podremos cerrar un poco los detentores de aquellos más calientes, o de las zonas que consideremos que necesitan menos temperatura, para desviar así el caudal del sistema a los radiadores que queramos que tengan más temperatura. Por tanto, puede que después de haber realizado el purgado, aún tengamos el radiador frio, comprueba que el detentor no está cerrado completamente, y ábrelo según la temperatura que quieras conseguir en cada uno de sus radiadores.