Se verán rebajas agresivas y precios muy bajos probablemente, que nos tentarán a entrar y comprar artículos que puede que sean una buena oportunidad porque los necesitemos o bien por su calidad, y porque en otras circunstancias no podríamos acceder a ellos. Sea como fuere, si queremos aprovecharnos de estas súper rebajas que ya están aquí, hay diez puntos que no debemos olvidar relativos a nuestros derechos.
Si hay rebajas dentro, debe indicarse fuera claramente. Es la garantía de un proceso que cumple con la norma y no vale eso de que bajo mano nos ofrezcan alguna pieza en rebaja. Pueden hacerlo, pero no se acogerá a la normativa de las rebajas si no a las del resto de la temporada.
En un mismo local puede haber productos rebajados y otros que no, por ejemplo de la temporada siguiente y nuevas colecciones. El comercio tiene la obligación de distinguir y señalar claramente lo que está en rebajas de lo que no, con carteles bien visibles que no nos induzcan a una confusión que no se aclarará hasta que estemos frente a la caja.
En efecto, sobre cada producto o bloque de productos rebajados, se debe indicar el porcentaje de rebaja que tienen sobre el precio original: si es un 20%, un 30%, un 50%, etc. Además se deben delimitar físicamente los productos que se acogen a cada cartel, para facilitar la elección del comprador.
No vale aquello de poner el precio rebajado sobre la cifra del original, de modo que no se pueda comprobar si la rebaja coincide con lo anunciado. Toda la evolución del precio y sus sucesivas rebajas deben figurar claramente en la etiqueta para que hagamos nuestros cálculos.
En efecto, nos tienen que dar, como siempre, el ticket de compra por un producto rebajado, de modo que podamos después reclamar, desgravarlo, etc. No nos pueden venir con el argumento de que en rebajas no se dan facturas.
Debemos tener claro que en rebajas es posible que un comercio que normalmente acepta tarjeta, no aplique esta norma a los productos rebajados. Están en su derecho, pero tienen que informarnos de modo explícito sobre esta política o bien en las etiquetas o en la entrada del establecimiento.
Solo en estos casos el comercio está obligado a aceptarnos una devolución siempre que la compra haya sido física. Si se ha hecho por internet, el plazo de devolución es de 14 días si así se indica en el proceso de compra y de 12 meses si no se indicó adecuadamente. En el resto de casos, se aplica la misma política que en las compras normales: hay establecimientos que aceptan devoluciones y otros que no. Lo mejor es informarnos antes de pagar.
Muchos comercios aceptan las devoluciones pero no devuelven el dinero sino que dan vales. Están en su derecho siempre que el vale sea equivalente al precio pagado por el producto. No obstante, si se sigue esta política debe indicarse en alguna zona del local de modo bien visible o en las etiquetas. Si no es así, tenemos derecho a reclamar. De nuevo, preguntar antes de pagar es el mejor consejo.
Pueden haber un estante para piezas defectuosas, con taras o manchas a precios muy bajos, pero debe indicarse claramente del tipo de género que se trata. También especificarse que en estas piezas no se aplica la ley sobre devoluciones, ya que se avisó del estado del producto con anterioridad a su compra.
En efecto, un producto es un producto acogido a la Ley General para la Defensa de los Consumodores y Usuarios, tanto en temporada de rebajas como en la normal. Por lo tanto, un producto rebajado tendrá la misma garantía y el mismo derecho al servicio de post venta que cualquier otro.